jueves, 11 de junio de 2009

La montaña mágica de Dulcinea

Mira, dijo Dulcinea, vamos a subir ahí arriba. Mi madre solía traerme a pasear por esta montaña cuando era pequeña. Ya veras ¡las vistas son estupendas!
Empezamos a caminar por el sendero que serpenteaba por la falda de la mon
taña, observando el paisaje que era completamente blanco, como una cumbre nevada sólo que no era nieve lo que pisábamos sino pequeñas piedras blancas que se habían reblandecido con la humedad y el calor. Seguimos avanzando y sin previo aviso encontramos con un terreno pantanoso de vegetación exuberante. Nos acercamos a un riachuelo cremoso que zigzagueaba entre los árboles y al vernos, las majestuosas aves que se bañaban en él, escaparon volando. Al a atravesar el arroyo, la criatura mas extraña que jamás había visto se acerco nadando para saludarnos. Por la forma parecía una langosta gigante pero su caparazón era de un blanco nacarado que recordaba el interior de las conchas de las ostras. Nuestro nuevo amigo nos aconsejo seguir un camino que estaba salpicado de lo que mas tarde supe que eran setas, pero que debido a su gran tamaño confundí con grandes rocas pulidas por la erosión y el tiempo. Siguiendo sus indicaciones no tardamos en llegar a la cumbre y una vez allí Dulcinea me pregunto qué me parecía, lo único que puede responder fue un “J’adore” casi inaudible pues me había quedado sin aliento.


Esta receta es originaria de Isla Mauricio donde se hace llamar “Bol invertido” y como vais a comprobar es una herencia de la gastronomía China. Lo primero voy a hacer es la lista de la compra, que esta vez va a ser un poco mas difícil que de costumbre. Para cuatro personas: 2 pechugas de pollo, 8 langostinos, 4 huevos, 5 Shiitakes deshidratados, 3 bok choi (verdura china que se parece a la acelga), salsa de soja, salsa de ostras, harina de tapioca, ajo, una cebolla, jengibre, cebollino, y arroz thai. Como invitados especiales, substitutos o alternativas tenemos la salsa de soja aromatizada con setas y unos lap cheong (salchichas chinas).


Lo primero que haremos es trocear el pollo y marinarlo en una cucharada sopera de salsa de soja, dos de salsa de ostras y pimienta durante un cuarto de hora más o menos. Al mismo tiempo ponemoslos Shiitakes a remojo en agua templada hasta que se hidraten (unos 10 minutos). Retiraremos el pie y los cortamos en láminas de medio centímetro de grosor. Pelamos los langostinos, les cortamos en tres trozos y las rehogamos con un poco de aceite en una sartén grande (o mejor aún, en un wok). Las retiramos y en la misma sartén salteamos en el pollo marinado, dos dientes de ajo y la misma cantidad de jengibre, ambos bien picados. A continuación añadiremos la cebolla cortada en gajos grandes (aproximadamente 1 cm), los shiitakes y por ultimo los Bok Choi previamente troceados (la base la cortamos en tres trozos y las hojas enteras o cortadas a la mitad si son muy grandes). Quizás al principio os asustéis del volumen del Bok Choi pero no os preocupéis que se reduce de manera considerable con la cocción. Cuando esto ocurra añadimos una taza de agua templada en la que habremos disuelto dos cucharadas de café de harina de tapioca y dos cucharadas soperas de salsa de soja normal (o aromatizada con setas) para obtener una salsa espesa. Añadir las gambas y agua si es necesario para que el salteado quede bien bañado.Dejamos cocer unos minutos y añadimos salsa de soja si hace falta rectificar el punto de sal. Acabar con unas hebras de cebollino picadas.

Lo más complicado ya esta hecho, ahora solo queda freír los huevos y colocar cada uno en el fondo de un bol con la yema hacia arriba. Rellenamos 2/3 de cada bol con el salteado y el espacio restante con el arroz previamente cocido. Para terminar colocamos un plato sobre el bol y lo damos la vuelta presentándolo tal cual, dejando que cada comensal descubra lo que hay debajo.
Por últim
o os invito a reemplazar el pollo y las gambas por 6 salchichas chinas (lap cheong), o mejor aún salchichas chinas al vino (lap cheong mei kuei lu) que están de muerte. Sancho sin Panza (también conocido como el señor de la codornices) y su futura fru quedaron encantados hace unas horas de esta versión porcina. Por si Sancho esta leyendo esto: ¡No, no es chorizo!

5 comentarios:

  1. Confirmo que nunca antes había comido montaña tan rica. Me recordó al arroz a la cubana, que es el pico más alto del caribe. La historia geológica de ambas montañas es similar: arroz + cosas + huevo
    El arroz que lleva ahí años y años… Dicen que se formó allá en la época colonial (como dirían los amigos).
    El estrato intermediario, formado por las gambas (o los choricitos chinos) que se escaparon del arca de Noé, y quedaron atrapadas en la isla de arroz cuando bajó la marea.
    Finalmente, el huevo, que sin duda alguna viene de una codorniz gigante, que un día pasó por ahí…
    Me despido no sin antes aclarar que si no tengo panza es porque no se me ha dado el tiempo necesario. Paciencia…

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  2. ¡Gracias por esta clase magistral de historia y geología! Me alegro que tus exploraciones arqueológicas hayan dado su fruto.

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  3. Gran montaña mágica por descubrir, interesante tiene que ser también subir a ella la primera vez con alguien que ya la conozca.

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  4. Más interesante todavía hacer un túnel y descubrir un postre.

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  5. Amadis, la próxima vez que pase por Madrid podemos ir a dar una vuelta por ella: ¡tengo localizado donde comprar todo lo necesario para la expedición!

    San Cho, tras el paseo que nos dimos ayer por el arroz a la cubana confirmo la similitud geológica de ambas montanas sin embargo el sabor difieren, ¡que buenos recuerdos infantiles me hiciste revivir! Te advierto que la semana que viene en vez de comerme una montana me comeré o una torre o la reina de las recetas.

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